Todos nos hemos olvidado de dónde hemos dejados las llaves, la cartera o el móvil (¡o el coche!) alguna vez. ¿Te resulta familiar la sensación de que, por mucho que lo intentes, no eres capaz de recordar dónde dejaste aquel objeto que llevas un buen rato buscando? Repasamos todos los sitios usuales de manera sistemática, pero en vano. A veces, es justo en el momento en que dejamos de buscar, cuando nos viene a la mente una inspiración de relámpago acerca de su posible ubicación y resulta que allí está.
Buscar de manera sistemática es un ejemplo de activar el “modo hacer“. En la gran mayoría de los casos, funciona de maravilla: por ejemplo, cuando tenemos hambre, buscamos algo de comer en la nevera. De hecho, es una manera tan eficaz de satisfacer nuestras necesidades que acaba siendo nuestra estrategia por defecto para casi todo. Identificamos una necesidad, buscamos algo que la satisfaga, comprobamos que la necesidad se ha reducido y, si no, seguimos buscando. ¿Pero qué pasa cuándo no tenemos tan claro lo que necesitamos o dónde encontrarlo? Buscarías una pareja, una casa, un trabajo, una idea o la felicidad de la misma manera que buscarías tus llaves?
Continuar leyendo “¿Por qué cuando menos buscas algo, lo encuentras?”